Cómo digerir eso del periodismo digital


Hace unos días en una charla para gerentes de mercadeo de una trasnacional de alimentos me preguntaron cuál era la diferencia entre un periodista de medios “tradicionales” y uno de medios digitales. La interrogante me dejó pensando más allá de la sala de reuniones del hotel donde se reunieron ese grupo de ingenieros que buscan cómo lograr más menciones informativas en los medios. Eso que llaman “free press”.

El trabajo de un periodista debe ser el mismo sin importar el medio por el cual se dé a conocer. La idea es informar. Sin embargo, el periodismo desarrollado para medios digitales comienza a exigir nuevas habilidades a los profesionales de la comunicación.

El periodista debe obligarse a buscar información donde quiera que esta esté. Hay que leer, investigar, preguntar, repreguntar, cuestionar y pensar, antes de escribir. No obstante, la inmediatez del consumo de la información por parte de las audiencias hace que el periodista a veces se exima de la responsabilidad de esta investigación en profundidad. Los comunicadores de páginas web y plataformas digitales suelen escudarse en que “hay que transmitir al momento”, dejando el análisis, la interpretación y, en muchas ocasiones, el estilo narrativo de lado en pro de la primicia.

El SEO (Search Engine Optimization), esas siglas que los periodistas de medios digitales respetan como un credo, y que establecen las normas algorítmicas para que Google y el resto de los buscadores pongan nuestras publicaciones al tope de los resultados de noticias, y la ansiedad por la primicia y la publicación “instantánea”, parecen prevalecer antes que la profundidad investigativa, la confirmación de las fuentes y la objetividad.

Los periodistas de medios digitales no se deberían diferenciar de los demás en cuanto al propósito de su profesión: informar lo más objetivamente posible. Su misión (nuestra misión) es llevarle al público aquello que desea conocer. Claro que al ser eventos, sucesos y declaraciones de relevancia y pertinencia es necesario darles lo más pronto posible esa información. Pero eso no significa que el trabajo aprendido durante décadas de ejercicio haya cambiado.

La exigencia de los medios digitales para el periodista debería radicar en el uso de las herramientas tecnológicas, como los teléfonos inteligentes, así como en las dinámicas de transmisión de la información (Dios te salve SEO), en el buen uso de las redes sociales, en la aprehensión de las formas de titulación, en la hipertextualización y en conocer las formas y dinámicas en que los nichos (nuestro público) demandan la información.

El fast food news, ese consumo de información en tiempos vertiginosos, no debería estar desligado de un toque gourmet de buen periodismo. Al fin y al cabo, la noticia es el pan nuestro de cada día.


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